China ya impera en el ránking de países con más multinacionales en Galicia
El país asiático pasa todas las compras de empresas gallegas por un duro filtro estatal
De ese modo, en apenas cinco años, los grupos inversores asiáticos han conseguido aupar a China a lo más alto del ránking de países con más multinacionales en Galicia, igualando en número a EE.?UU. y Alemania, y superando a Francia (véase la tabla).
A falta de la entrada de inversión occidental, que se ha ralentizado de manera patente en los últimos años, holdings como Citic Group, China Sonangol, Shanghái Kaichuang Ocean Resources y China International Travel Services (CITS) han accedido al tejido empresarial gallego mediante operaciones de compra que suman cerca de 500 millones de euros.
A diferencia de los negocios protagonizados por países occidentales, la entrada de grupos asiáticos es larga y compleja. Desde que presentan su oferta hasta que depositan el dinero, nunca pasan menos de seis meses y la transacción, sujeta siempre a contrato al máximo rigor de confidencialidad, puede alargarse fácilmente una media de 18 meses, debido a los múltiples y estrictos filtros estatales a los que es sometida por parte de las autoridades gubernamentales chinas.
Compleja hoja de ruta
Así lo explican brókeres especializados en este tipo de inversiones, que han participado en la intermediación de compras de sociedades realizadas en los últimos meses en Galicia.
Un ejemplo reciente es la adquisición de la conservera Hijos de Carlos Albo por parte de la pesquera china Shanghái Kaichuang. Las primeras conversaciones llegaron en el verano del 2015. El contrato de venta se firmó a finales de ese año. Sin embargo, la transacción de acciones, que es el momento en el que se deposita el dinero, no se produjo hasta junio pasado.
Operaciones en el horno
Son varias las operaciones que se están fraguando en estos momentos en Galicia promovidas por inversores asiáticos. La que ha trascendido públicamente es la compra del Real Club Celta de Vigo, por parte del consorcio chino CITS, que va quemando etapas una vez firmado lo que los brókeres llaman SPA (share purchase agreement), que es el acuerdo de compraventa de acciones.
Por delante quedan todavía meses hasta que se materialice la transacción, con el correspondiente desembolso económico.
La hoja de ruta que siguen los inversores chinos en Galicia es prácticamente idéntica.
«Te empiezan manifestando interés en un sector y nuestro trabajo consiste en presentarles un informe con las posibilidades, las estudian y hacen lo que nosotros denominamos un short list, es decir una selección de posibles objetivos», detallan desde un despacho especializado en mediación con inversores asiáticos, que pide anonimato, por el compromiso con sus clientes.
Meses de auditorías
Una vez hecha la selección, solicitan más información detallada antes de visitarlas (obtener visados hoy en día requiere semanas). «Cuando se centran en una empresa se prepara con profundidad un memorando informativo, y se abren negociaciones previas para centrar el precio. Esto puede llevar meses», afirman los brókeres.
Una vez definido el perímetro de los niveles de precio se inicia la due dilligence, o auditoría legal de la empresa. Mientras, siguen las negociaciones, que dan paso la firma de un SPA (acuerdo de compraventa).
Es a partir de ese momento cuando comienzan los filtros de la burocracia gubernamental china. «Con el SPA firmado, se inician los trámites para la aprobación de la compra por parte de los consejos de administración y de las juntas de accionistas; y se solicita aprobación de los múltiples organismos chinos que tienen que dar su visto bueno a la adquisición», afirman los expertos. «No conozco ninguna transacción promovida por inversores chinos que haya llevado menos de seis meses», asegura uno de los brókeres consultados.
El sector agroalimentario, la industria pesada, el turismo y el fútbol centran ahora el interés chino en Galicia.
«Una vez que vienen, la probabilidad de compra es alta»
China sigue aumentando su interés por los países del sur de Europa y el año pasado multiplicó por dos su inversión en España, superando los 2.000 millones. En Galicia, la suma acumulada en los últimos tres años se aproxima a los 500 millones.
Este interés asiático hace que la oferta de sociedades españolas a inversores chinos sea cada vez mayor, y eso ha hecho surgir canales de intermediación especializados, que ofrecen servicios publicitarios, a través de portales de anuncios de divulgación en China, de traducción o acompañamiento durante la venta.
Así lo explica Abel Garrido, responsable de márketing de Grupo EspañaChina, una de estas agencias especializadas en la venta de inmuebles y negocios españoles en el país asiático. «Ahora tenemos nuestra sede en Cádiz, porque los inversores chinos se están haciendo con el sector del vino. El 50 % de las bodegas de Sanlúcar son chinas», afirma.
Explica que los asiáticos llegan atraídos por la situación geográfica. «España es para ellos el primer paso para invertir en Sudamérica», afirma Abel Garrido. «Una vez que vienen y visitan el negocio, las probabilidades de inversión son muy altas», dice.
La diferencia cultural, que es grande, no constituye una dificultad. Aunque las anécdotas de las reuniones son notables: desde encuentros que se alargan horas y horas, hasta ejecutivos que se duermen un rato por el cambio horario, o peticiones que hacen vía correo electrónico sin tener en cuenta la diferencia horaria.
También se ha dado el caso, según explican los mediadores, de que llegado el momento de firmar un contrato se ha tenido que aplazar algunos meses hasta que el magnate logra visados para todo su séquito para viajar y cerrar la operación.
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