lunes, 7 de noviembre de 2016

La provincia se refugia en el ahorro mientras el crédito sigue menguando.

Los depósitos superan por primera vez los 8.100 millones, una tendencia marcada por el envejecimiento y el tejido empresarial.
Una mujer se dispone a sacar dinero de un cajero de una entidad bancaria en Ribadavia.
El problema demográfico y, en menor medida, la configuración del tejido empresarial de Ourense dibujan un panorama bancario con cada vez menos créditos concedidos por las entidades, pero con un incremento imparable del ahorro, según las estadísticas publicadas por el Banco de España. Por cada euro que se pide a una entidad, hay más de dos guardados.
Por primera vez en la historia, los depósitos en los bancos de la provincia superan los 8.100 millones de euros -concretamente 8.108-, de los que 7.966 proceden de las familias y el resto de las administraciones públicas. En el extremo contrario, el crédito sigue cayendo en picado, a diferencia de en el conjunto de Galicia, donde inició desde mediados de 2015 un tímido crecimiento. Las peticiones de dinero de los ourensanos se sitúa en algo más de 3.343 millones, de los que algo más de 90 son solicitados por el sector público.
En este sentido, el comportamiento de Ourense presenta unas cifras casi idénticas a las de la provincia de Lugo, diferenciadas claramente de las provincias atlánticas. En A Coruña, hay prestados 21.200 millones y depositados algo más de 25.800; mientras que en Pontevedra las cifras se sitúan, respectivamente, en 15.600 y 17.200 millones.
Necesidad de cambio
Para Alberto Vaquero, profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales en el Campus, esto es un resultado "esperable", un indicador del grado de actividad económica. "El envejecimiento de la población condiciona la demanda de crédito, las personas mayores piden menos y nuestra provincia está haciéndose mayor a marchas forzadas", explica el docente, que añade que "por motivos de precaución, ante el temor de lo que pueda pasar en el futuro, se ahorra más".
Vaquero apunta también otra causa de esta tendencia, como la falta de volumen del sector industrial. "Por su tamaño, volumen de negocios o número de empleados, es el principal demandante de crédito. Sin embargo, tenemos un sector servicios demasiado extendido, que es además de pequeña dimensión, por lo que no precisa mucho crédito. Haría falta apostar por un cambio muy importante a nivel sectorial", concluye el profesor del Campus.
La petición de financiación se desploma desde el 2008
La evolución de las cifras de petición de crédito a las entidades bancarias se desploma desde el año 2008, en los albores de la crisis económica. En diciembre de aquel año se alcanzó la cantidad más alta de toda la serie histórica, con más de 5.578 millones demandados por los ourensanos a los bancos.
La recesión, que ahora parece que se empieza a abandonar, provocó que el dinero comenzase poco a poco a dejar de fluir a la misma velocidad que lo hacía hasta entonces, reduciéndose gradualmente el crédito bancario hasta los más de 3.300 millones de la actualidad.
Por su parte, los depósitos siguieron la tendencia inversa, motivado por la incertidumbre y la ralentización del consumo. En 2008, el ahorro de los ourensanos alcanzaba los 6.522 millones.

Entidades
El número de oficinas bancarias ha sufrido también una importante variación, producto de la reestructuración del sector. A día de hoy, según el Banco de España, hay 211 sucursales repartidas por la provincia para atender a los ciudadanos presencialmente, la mitad de las que había en 1999, cuando se alcanzó la cifra más alta. El descenso desde 2008 también ha sido significativo, ya que en aquel año todavía estaban abiertas 376. 

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