"La concentración de empresas de pizarra nos hará más competitivos"
Como presidente del Clúster de la Pizarra, Victor Cobo Arias se sitúa al frente de un sector estratégico en la economía ourensana, también gallega. Un sector que ha tomado nuevo protagonismo por el interés que despierta dentro de fondos de inversión extranjeros.
El pizarrista barquense Víctor Cobo Arias accedió a la presidencia del Clúster de la Pizarra en septiembre de 2010, una entidad que aglutina a 42 empresas y en la que participan la Asociación Galega de Pizarristas, que también preside desde hace más de seis años.
Además, están en el Clúster la Asociación Nacional de Colocadores de Pizarra y la Fundación Centro Tecnológico de la Pizarra. Se trata de una organización que aglutina la actividad de una zona como la de Valdeorras donde la pizarra está en su ADN empresarial y económico.
Desde la presidencia, este empresario barquense rige los destinos de la entidad que persigue dinamizar un sector, el de la pizarra, que lleva a Carballeda de Valdeorras al primer puesto de los concellos gallegos en el producto interior bruto “PIB”. Con 98.860 euros por habitante, superando ampliamente los 76.775 de San Cibrao das Viñas, según un informe del Instituto Galego de Estadística.
La vitalidad de las productoras de pizarra también sitúan en lugar destacado a Valdeorras, que ocupa la 14ª posición en la lista de comarcas gallegas, en función de su valor añadido bruto “VAB”, empatado con Bergantiños y solo por detrás de las siete ciudades gallegas, Barbanza, Betanzos, O Salnés, O Morrazo y Ordes, según los datos de la última edición del Informe Económico y de Competitividad Ardán, que recoge como en la provincia ourensana solo es superado por la capitalidad.
En estos momentos, el sector de la pizarra parece haber superado lo peor de la crisis iniciada en 2007, que se llevó 1.200 empleos y dejó las plantillas en los 2.400 actuales. En 2015, la industria de la pizarra exportó 465.460 toneladas, facturando 248 millones de euros. El sector está viviendo una profunda transformación y el capital extranjero se ha fijado en las empresas pizarreras como refugio de sus inversiones.
¿Desde cuándo lleva trabajando en el sector de la pizarra? ¿Qué cambios más significativos aprecia en este ámbito de actividad desde que comenzó a trabajar en él?
Llevo trabajando en el ámbito pizarrero desde el año 1.984 y, por lo tanto, he vivido los avances más significativos del sector, que no son pocos. Nada tienen que ver las actuales fábricas con las que había hace 30 años y nada tiene que ver el proceso productivo actual con el de aquella época. Las mejoras que se han ido introduciendo afectan a todos los ámbitos: al serrado, al labrado, al corte, etc y, en cuanto a la extracción, la introducción del hilo de diamante ha supuesto un avance muy importante en cuanto al aprovechamiento del producto.
¿Se puede hablar de que el tiempo de las empresas familiares pasó, ¿lo cree positivo o negativo? ¿Hacia dónde camina el sector? ¿Puede hablarse de una concentración de empresas en solo unas pocas?
Yo creo que las empresas familiares han subsistido y así lo harán en el futuro porque son una parte muy importante de la economía de nuestro país. Sin embargo, no es menos cierto que nuestro sector, como la mayoría de los sectores productivos, está caminando hacia una concentración de empresas y esto es positivo porque nos hará más competitivos.
¿Cuántos trabajadores ocupa actualmente el sector de la pizarra?
El sector de la pizarra en Galicia genera 2.400 puestos de trabajo directos y unos 10.000 indirectos. El empleo en la pizarra es estable y de calidad y el salario mínimo inicial para un trabajador ronda los 1.200 euros. Junto a esto, es conveniente señalar que la tasa de paro en el sector es inferior a la gallega y que las empresas se preocupan mucho por la formación y por la especialización de sus trabajadores. Sin duda, la calidad en el empleo es fundamental para que el sector gane en competitividad con respecto a otros países productores.
Últimamente las empresas apuestan por nuevos mercados, ¿cuáles podrían ser los más interesantes y cómo pretende potenciarlos el Clúster?
La práctica totalidad de nuestra producción tiene como destino el mercado internacional. Se trata, fundamentalmente, de países de nuestro entorno más inmediato como Francia, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Irlanda y Dinamarca. Sin embargo, nuestras prospecciones e informes internos nos indican que los países con mayores posibilidades de crecimiento en cuanto al consumo de pizarra son Estados Unidos, Rusia, Polonia, Australia, Suiza, República Checa, Hungría, los países nórdicos y Portugal. Hacia ellos vamos a dirigir nuestros esfuerzos para intentar exportar allí nuestra pizarra y mejorar nuestra posición competitiva.
¿Es de calidad la pizarra de países competidores del producto gallego como Brasil o China? ¿Los costes de producción son muy inferiores a los que se registran en Galicia?
Creemos que el producto de estos países tiene unas características técnicas y una calidad muy inferiores a las de la pizarra gallega. En concreto, por ejemplo, el material brasileño no es en sí pizarra, sino metalutita. En Galicia, disponemos de un producto muy bueno, que intenta competir en precio contra los procedentes de lugares como Brasil o China. Es fundamental que consigamos diferenciar nuestra pizarra, difundir su potencialidad y sus bondades para que prescriptores y clientes finales lo demanden de manera preferente. En este sentido, desde el Clúster de la Pizarra queremos hacer nuestras las palabras del director xeral de Energía y Minas de la Xunta que ha señalado recientemente en Ourense que “debemos diferenciarnos en calidad, y no en precio”.
¿El enorme volumen que mueve el sector de la pizarra precisa de unas buenas infraestructuras. ¿Sería importante para la pizarra la construcción de la autovía A-76? ¿Y la circunvalación de O Barco de Valdeorras?
Se trata de dos infraestructuras muy relevantes para Valdeorras, comarca que concentra el peso del sector pizarrero en Galicia. Ambas contribuirían a lograr una mayor vertebración del territorio por el que discurren. La A-76 favorecería la conexión de la comarca con La Meseta y con Galicia, de forma más rápida y segura. Y la circunvalación de O Barco permitiría también lograr una mayor agilidad en el transporte de mercancías. Nadie duda de que se trata de dos infraestructuras vitales.
Un hándicap de la colocación de pizarra en Galicia son las normativas urbanísticas que prohíben su uso en ciertos municipios. ¿Está encaminado el problema o se agrava?
Lamentablemente, he de decir que las normativas restrictivas siguen vigentes en muchos municipios gallegos. Desde el Clúster de la Pizarra pedimos una mayor flexibilidad en este sentido. No pedimos que si existe un núcleo rural construido íntegramente con teja se permita la pizarra, pero sí en otras áreas de expansión urbana. Carece de sentido mantener estas limitaciones normativas, sobre todo cuando Galicia es la principal productora de pizarra en España.
¿En qué momento se encuentra la cuestión medioambiental? ¿Las empresas invierten en la recuperación del entorno?
El sector de la pizarra en Galicia está altamente comprometido con la sostenibilidad y el medio ambiente. De hecho, la pizarra, en comparación con otros materiales, genera menos dióxido de carbono y consume menos agua y energía en su proceso de producción. A esto hay que añadir, la durabilidad del material, estimado en unos 200 años, y el potencial de reciclado o regeneración que hace que la pizarra pueda ser utilizada en varios edificios a lo largo de su vida útil. En este proceso, las empresas juegan un papel importante y están plenamente comprometidas con este objetivo. Así, apuestan por la innovación en el procesado en base a estudios o investigaciones que garantizan una actividad empresarial con menor impacto ambiental.
¿En el campo de la seguridad laboral, ¿cómo han evolucionado las empresas del sector?
Si nuestro sector es referente en cuanto a empleo de calidad, lo es en parte por el esfuerzo que realizamos en seguridad laboral. No sólo cubriendo todos aquellos aspectos que recoge el convenio colectivo del sector, sino yendo más allá. Así, colaboramos con otras entidades para formar a nuestros trabajadores sobre la importancia de las acciones preventivas para evitar los riesgos en el trabajo. Además, realizamos jornadas formativas y hemos editado manuales y otros materiales para distribuir entre las empresas que integran nuestro Clúster. Estamos convencidos de que es necesaria la implicación activa de todos los protagonistas de las distintas fases del proceso productivo de la pizarra para fomentar la prevención de riesgos laborales a través de tres piedras angulares: concienciación, sensibilización e implicación.
¿Cómo valora la relación del sector con las diferentes administraciones y en particular con la Consellería de Industria? ¿Hay una buena colaboración o sería precisa una mayor implicación?
Hay una buena colaboración. Nuestra relación con las diferentes administraciones y, particularmente, con la Xunta de Galicia es excelente. Creemos que el Gobierno gallego, a través de la Dirección Xeral de Enerxía e Minas, apuesta de manera decidida por ayudar a las empresas productoras de pizarra y favorece, a través de diversos programas, su internacionalización y su innovación. En definitiva, promueve que se mejore la competitividad de nuestro sector. Un ejemplo de esto es el Plan Renove, puesto en marcha por la Xunta, que aglutina ayudas para la renovación de cubiertas y fachadas de pizarra. Junto a esto, también nos ayuda a divulgar la potencialidad de nuestro producto articulando líneas y ayudas para la promoción y la comunicación.
¿Por La dependencia de la pizarra de comarcas como Valdeorras es casi total. ¿Hay algún estudio acerca del posible agotamiento de la roca? ¿Cuántos años pasarán hasta que se produzca?
Los estudios de los que disponen las empresas demuestran que al ritmo de producción actual tenemos recurso para muchos años; pero lo que más nos preocupa es la rentabilidad de su aprovechamiento que esperemos dure mucho tiempo.
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