El sushi reflota a la firma gallega Isidro de la Cal, que prevé crecer hasta un 80%
El sushi como solución a los problemas económicos que afrontó una empresa familiar del sector pesquero en plena crisis. Así se plantea el futuro para Isidro de la Cal, que se fundó en 1952 en A Coruña y que en 2013 atravesó serias dificultades por un elevado volumen de deuda.
El sushi como solución a los problemas económicos que afrontó una empresa familiar del sector pesquero en plena crisis. Así se plantea el futuro para Isidro de la Cal, que se fundó en 1952 en A Coruña y que en 2013 atravesó serias dificultades por un elevado volumen de deuda.
Isidro de la Cal, tradicionalmente dedicada a la comercialización de productos a granel –tiene cinco plantas de acuicultura: tres de trucha, una de rodaballo y otra de besugo, junto a una unidad especializada en cigala–, obtiene a día de hoy el 90% de sus ingresos del valor añadido, según su director de marketing, Miguel Cabado.
Así, los platos envasados, los “microondables” y las bandejas de comida japonesa, entre otros productos, han dejado en un segundo plano lo que antes suponía el 85% de su facturación.
De hecho, el grupo, en pleno proceso de reestructuración, ha escindido una empresa –que se denominará Isidro 1952, como la marca que la empresa ya utiliza desde junio de este año– para encargarse de la parte de negocio más innovadora.
La constitución de Isidro 1952 está pendiente de homologación, tras su presentación la semana pasada en el juzgado, y los responsables de la firma esperan que en diciembre esté aprobada.
Precisamente fue este año cuando la compañía inauguró la que se reivindica como la mayor planta de procesado de sushi de España, en Cambre (A Coruña). Actualmente elabora 250.000 piezas semanales pero multiplicará por cuatro su nivel de producción en 2017, ante el elevado número de peticiones, hasta el millón de piezas a la semana.
Con todo, el grupo todavía acarrea una deuda de 70 millones de euros, que aspira a ir saneando en los próximos ejercicios conforme se materialice el proceso de reestructuración. Actualmente, la facturación asciende a unos 50 millones al año, y las estimaciones que maneja la dirección pasan por subirla un 80% en los próximos tres años, de manera escalonada.
Entre sus operaciones figuran 12,73 millones de euros en dos avales pendientes de formalizar del instituto gallego de crédito (Igape), los dos concedidos en julio de este año, por 9,1 y 3,62 millones de euros.
Esta cuantía se corresponde con el riesgo vivo que mantenía Isidro de la Cal de los 3 millones avalados por el Gobierno gallego en julio de 2008.
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