Trasmediterránea se compromete a desbloquear el ferri de Vulcano
El astillero vigués coge aire, aunque aún no se ha cerrado el acuerdo de financiación
Más de tres horas duró el encuentro, lo que da una idea de lo que costó llegar a un acuerdo. En realidad habría que decir un principio de acuerdo, ya que no se fijó un calendario. «No era el momento de poner fechas. Sería temerario hacerlo», señaló una fuente cercana a la reunión, que añadió que «lo que se ha hecho hoy [por ayer] ha sido avanzar para que Vulcano pueda recuperar la actividad».
Ese avance incluye el compromiso de cerrar en los próximos días el contrato constructivo. En lo que todavía no se ha llegado a un acuerdo es en la estructuración de la financiación que, necesariamente, tendrá que incluir las bonificaciones fiscales que contempla el tax lease. Será el paso siguiente y definitivo para que la carga de trabajo termine haciéndose efectiva de manera definitiva. Lo que sí parece decidido es que en esa estructuración financiera participarán, además del Banco Santander -que es el propietario del ferri-, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y también Pymar.
Lo que a todos los presentes les quedó claro es que a Vulcano se le acaba el tiempo. «No puede esperar más», afirma un portavoz del comité, que recuerda que ya acumulan una deuda equivalente a dos meses de salario. El mismo portavoz señalaba que si «lo que algunos están haciendo es especular para llevarse el ferri a precio de saldo a costa de la desgracia de los 80 trabajadores que integran la plantilla, que se olviden, porque el barco o sale del astillero listo para navegar o no sale de Vulcano», un órdago que no es la primera vez que lanzan los trabajadores, que no entienden los sucesivos retrasos en una operación que se dio por cerrada dos días antes de las elecciones autonómicas. «Si la Xunta, el ICO y Pymar están de acuerdo en que el barco se haga en Vulcano, es el momento de que lo demuestren», dice el comité.
El casco del buque llegó a la factoría hace ya más de tres años
Vulcano suma cinco años de inactividad, los mismos que hace que superó el concurso de acreedores. La adjudicación del ferri que Astilleros de Sevilla dejó a medio construir cuando entró en quiebra significaba la reversión de una situación difícil para el astillero, igual que para otros muchos de la ría de Vigo. El casco del barco, propiedad del Banco Santander, principal acreedor de Astilleros de Sevilla, llegó remolcado a Vulcano en el verano del 2013. El reto pasaba por encontrar armador.
Tuvo decenas de novios, desde el norte de Europa hasta el lejano Oriente, pero el respiro definitivo, eso parecía entonces, no llegó hasta que el 23 de septiembre pasado Transmediterránea firmó un precontrato. El final de la historia sigue estando por escribir.
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