«Ya quisieran otras comunidades tener dos firmas tractoras como Inditex y PSA»
«El tamaño de la empresa española es especialmente pequeño, y eso nos hace más vulnerables», admite
-¿Existe el riesgo de que ahora que el consumo vuelve a crecer en España las empresas pierdan interés por el mercado exterior?
-Ese es el reto que tenemos todos, no solo el ministerio, que ahora que la demanda interna tira no volvamos a modelos que ya tuvimos en el pasado, reduciendo las exportaciones. El crecimiento económico está basado en un modelo más robusto, ya que sube la demanda interna a la vez que el comercio exterior y no vemos que las empresas se replieguen. Tenemos que hacer entre todos que estos buenos datos no sean coyunturales, sino estructurales. La Administración poniendo las herramientas necesarias a disposición de las empresas y estas siendo valientes y decidiéndose a salir fuera y no volver a casa. Al principio lo que han hecho es salir a Europa, porque es el mercado más cómodo, pero ahora que nos hemos acostumbrado a salir fuera, les invito a dar el siguiente paso, que es ir fuera de la UE.
-Dos tercios de nuestras exportaciones van a países socios de la Unión Europea, ¿hacia qué otros mercados hay que mirar?
-Hacia aquellos con los que la UE tiene acuerdos, porque facilitan el comercio. En algunos momentos las empresas han ido hacia mercados emergentes, que luego se han visto con problemas de crecimiento, pero si miras mercados como China, Canadá, Hong Kong o Marruecos, la tasa de crecimiento de las exportaciones está por encima del 10 %. Yo recomiendo a las empresas que hagan un análisis detallado no solo de las oportunidades que ofrecen los mercados sino también de su normativa, para ver dónde hay mejores oportunidades.
-Galicia crece en exportaciones el doble que España, pero con mucha dependencia de dos grandes industrias, Inditex y PSA. ¿Es un lastre?
-El hecho de que el tejido productivo tenga excesiva dependencia de dos grandes empresas no es ni bueno ni malo. Esas compañías han creado un enorme parque de proveedores que se pueden internacionalizar y crecer de la mano de ellas. Eso para Galicia es muy bueno, ya quisieran otras comunidades contar con dos grandes empresas con esa vocación tractora que tienen Inditex y PSA. Galicia tiene un problema de pequeñez de las empresas, como el resto de España, pero está muy bien posicionada para exportar cada vez más, como demuestran las cifras.
-Aumentar el tamaño de las compañías es uno de los retos...
-Para abordar la internacionalización, es necesario trabajar en varios ejes, entre ellos el tamaño de las empresas, porque si son pequeñas es difícil que sean productivas, que puedan negociar con poderío con clientes y proveedores o que tengan acceso a financiación internacional. El tamaño de la empresa española es especialmente pequeño y eso nos hace más vulnerables. Si quieres internacionalizarte y acometer mercados no tan próximos, sino ir más allá de Europa, el tamaño importa. Se trata de mercados alejados en los que hay muchas oportunidades, sobre todo cuando se abren con los acuerdos con Europa, pero precisas recursos suficientes.
-El comercio mundial se enfrenta a la amenaza del proteccionismo, especialmente en Estados Unidos. ¿Es un riesgo real o quedará solo en palabras?
-Es cierto que el entorno geopolítico ha cambiado, el 2016 fue un año de muchas perturbaciones, y han cogido fuerza los movimientos proteccionistas en dos países que eran los adalides del libre comercio y la apertura, como Estados Unidos y el Reino Unido. Creo que esto irá pasando. España es fiel defensora del libre comercio y creemos que el modelo europeo, a pesar del brexit o de algunas elecciones que puedan darnos algún susto, ha sido el garante de paz y progreso. Y eso hay que protegerlo. A pesar de que la nueva Administración americana pueda tomar decisiones contra natura o el Reino Unido salga de la UE, Europa debe defender sus valores.
-¿Qué coste tendría un «brexit» duro, con salida del mercado común?
-Los intercambios comerciales con el Reino Unido son importantes, unos 30.000 millones de euros al año entre ambos países, pero hay que esperar al resultado de las negociaciones. Aspiro a que la situación sea lo más parecida posible a la actual, ya que los británicos quieren que en comercio se mantenga el statu quo actual, y eso queremos el resto. Si ellos lo quieren y nosotros también, espero que sea lo que acabe saliendo de las negociaciones.
«El pequeño comercio debe entrar en la era digital»
Los riesgos para el sector exterior no vienen solo de fuera. El conflicto de la estiba puede tener también un gran impacto en las exportaciones, ya que el 85 % se canalizan a través de los puertos.
-¿Hay un plan de contingencia por si finalmente hay huelga?
-Vamos a ver por dónde deriva el conflicto. Cuando se planteó la situación, lo primero que hice fue ponerme en contacto con las asociaciones de exportadores para que no nos pille sin un plan B. Sé que las asociaciones trabajan en ello, aunque lo ideal es el plan A, que la situación se resuelva más pronto que tarde.
-Yendo a lo micro, usted decía esta semana que el problema del pequeño comercio ya no es la liberalización de horarios, sino la competencia «on-line», ¿qué puede hacer para plantarle cara?
-Lo primero, ser consciente de que el mundo cambia. El pequeño comercio hasta ahora siempre creyó que el enemigo eran las grandes superficies, porque tenían una flexibilidad horaria de la que ellos no disponían. Pero es que ahora tú puedes comprar las 24 horas los 365 días del año, cuando quieres y dónde quieres. Tenemos que trabajar todos juntos para que ese pequeño comercio entre en la era digital, transformar las experiencias de compra y que el usuario entienda el espacio físico como ampliación del digital. De lo contrario el comerciante de hoy se jubilará y no tendrá quién lo herede, porque su hijo será un ser digital y entenderá que lo que hacía su padre ya no tiene lugar, y de esa forma solo se conseguirá el vaciado de las calles y la degradación de muchas zonas.
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