Hijos de Rivera superó los 400 millones de facturación y espera tener mil empleados
El consejero delegado de la compañía aseguró que "por primera vez" han superado esa cifra
La edición de Estrella Galicia por su 110 aniversario.
El consejero delegado de Hijos de Rivera, Ignacio Rivera, ha revelado este miércoles que su compañía superó los cuatrocientos millones de euros de facturación en 2016, con 408 frente a los 362 de 2015, y espera sobrepasar los mil empleados en 2017.
En la sede coruñesa de la cervecera Estrella Galicia, Rivera ha comentado ante los medios los datos del último ejercicio, en el que la empresa cumplió 110 años desde su fundación en la ciudad. "Por primera vez la facturación ha superado los cuatrocientos millones de euros", ha subrayado, pues la cifra ha crecido desde 362 millones en 2015 a 408 en 2016, con un beneficio consolidado después de impuestos de 49 millones de euros, frente a los 42 del año anterior.
Con 809 empleados, un seis por ciento más que en 2015, la compañía, que tiene un noventa por ciento de puestos indefinidos, espera superar los mil trabajadores, algo que busca "desde hace tiempo", este mismo año. En Hijos de Rivera buscan divertirse "haciendo cerveza" y con esta filosofía han aumentado la producción en litros desde 173 millones en 2014 a 204 en 2015 y 237 el año pasado, con cuatro millones de consumiciones al día.
El crecimiento en agua envasada ha sido similar, pues ha pasado desde los 84 millones de litros hace tres años a los 152 el año pasado y 158 en el último ejercicio. Rivera detalla que las inversiones han sido de cincuenta millones de euros en 2014, subieron hasta 59 en 2015 y experimentaron una pequeña bajada en 2016, con 59 millones de euros, aunque se han sumado 164 en los últimos cuatro años.
Aumenta también el Ebitda, el beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones, desde noventa hasta los 108 millones de euros. Hijos de Rivera tiene ya veintitrés empresas en siete países -España, Portugal, Estados Unidos, Brasil, Filipinas, Japón y China- y pretende, según afirma en su vídeo de presentación, no ser "la cerveza más vendida, sino la más amada".
En ese sentido, el consejero delegado explica que su compañía hace la cerveza "despacio", pues tarda en algunos casos "más de un mes", frente a los cinco días a los que se puede reducir este plazo, y no añade aditivos. Ha ahondado, asimismo, en que la compañía no está en venta: "Llevamos 111 años en manos de una familia y estamos muy contentos de ser independientes y ser una empresa familiar", ha continuado.
Y aunque la entidad como tal no compite "en todas las gamas de cerveza", Rivera ve "una diferencia importante" en "tener un origen único" y que la estrategia "sea solo tener una fábrica", para conseguir un producto homogéneo.
Ha definido, además, la filosofía de trabajo como la de unos "artesanos" que tienen 111 años, pero que se alejan de las grandes compañías que producen a gran escala. "Somos cerveceros pequeños, a nivel mundial somos una miga, nos gusta tener ese tamaño y no ser la cerveza más vendida, nuestro objetivo es ser la cerveza más querida, esa cerveza diferente a la que la gente tiene cariño", ha comentado.
Ha confiado en inaugurar el museo de la cerveza este año, aunque estaba previsto para el pasado, y todavía continúa con su idea de abrir una fábrica en Brasil, un punto que en la actualidad supone una "facturación importante" de sesenta millones de reales, casi dieciocho millones de euros.
Su empresa se enmarca dentro de las de los cerveceros "craft" o independientes, un ámbito donde ya hay una clasificación a nivel mundial, en la que Rivera espera crecer. "Un sueño, ya no dentro del plan actual, es jugar esa liga y ganarla. Quizá sea lo último que quiero hacer antes de jubilarme, que ya tengo una edad", ha concluido.
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