Marcas gallegas se comen el nuevo mercado
La industria alimentaria gallega rompe el techo de los 7.000 millones de euros de facturación, y aprovecha el tirón del consumo para lanzar productos, dirigidos a nuevos perfiles de clientes
Hoy el mercado es diverso y global. Pero, además, los cambios sociales, nuevos hábitos de vida y una diversidad de perfiles de consumo exigen permanente innovación en el catálogo de productos de la industria alimentaria. Y es ahí en donde el sector gallego está imponiendo un nuevo estilo, que marca tendencia en los expositores de los supermercados.
De entrada, unos datos: la industria alimentaria gallega está conformada por cerca de 3.000 empresas capaces de generar una producción que, por primera vez, toca el techo de los 7.000 millones de euros; además de emplear a 31.000 personas, según el informe Ardán 2017.
Un millar de novedades
La competencia es fuerte. Según Alimarket, el lanzamientos de nuevos productos en alimentación y bebidas creció un 10 % en España en el 2016, con un total de 823 novedades. Entre ellas destacan iniciativas de éxito promovidas por marcas con centros de producción en Galicia.
Entre algunos de los ejemplos recientes: los yogures de licor café de Larsa(láctea de origen gallego integrada en el grupo asturiano Capsa); el nuevo zumo de tomate de Aguas de Mondariz, la emblemática firma embotelladora con más de 140 años de historia; las galletas con sabor o grelos o pimientos de padrón, que acaba de comercializar la firma porriñesa Biscuits Galicia; o el ya famoso dippeo de langostinos patentado y comercializado por Pescanova.
Son solo algunas muestras que confirman el dinamismo del sector en la carrera por zambullirse antes que la competencia en la cesta de la compra del nuevo consumidor.
No es una carrera fácil, y hay que echarle además de inversión y trabajo, grandes dosis de creatividad. Es lo que hace Biscuits Galicia. De su horno de O Porriño salen cerca de medio millón de galletas. La última novedad para el canal de hostelería son las galletas saladas con cuatro sabores típicos de la gastronomía gallega: pimientos que no pican, quesito tierno, lacón sin grelos y mejillones en escabeche. «Por primera vez en 13 años nos introducimos en el segmento de galletas saladas. Después de 5 años de trabajo e investigación, finalmente se ha conseguido un producto innovador, fruto de la investigación de años», explica Pablo Troncoso, portavoz de la firma.
La industria conservera gallega se distingue por situarse a la vanguardia del sector en España. «En un mercado en el que el consumidor busca cada vez más la comodidad en los productos alimenticios, precocinados, preparados y conservas, son opciones con claras ventajas de futuro, y ahí los fabricantes gallegos de este tipo de productos se afanan en crear nuevas propuestas», explican desde Anfaco.
Fidelizar el consumo
También en bebidas Galicia marca la diferencia en los expositores del súper: «Tratamos de aproximarnos a nuestros consumidores de una forma atractiva y novedosa», explican desde Estrella Galicia. La firma cervecera lleva tiempo lanzando ediciones especiales para conmemorar fechas o acontecimientos, como puede verse estos días con la dedicada al día de la madre, o la lanzada solo en Andalucía, con motivo de la feria de abril. «Tratamos de que no pasen 3 meses sin que haya en el mercado un producto o un envase innovador. Supone mucho esfuerzo, pero merece la pena porque el consumidor lo valora y suele responder positivamente», dicen desde la compañía.
Aseguran las empresas que, con la economía repuntando, se abre un nuevo y esperanzador escenario para la innovación, impulsada por la búsqueda de una alimentación más saludable, y el cambio de hábitos de una sociedad española mas cosmopolita y menos rígida en horarios.
Viento a favor
«Sopla viento a favor de la innovación», afirma el informe Impacto económico de la innovación en el sector de Fast Moving Consumer Goods, elaborado por KPMG para la asociación Promarca sobre la innovación en los sectores de alimentación, bebidas, droguería, perfumería, e higiene personal.
Para este estudio que maneja el sector alimentario, la consultora analizó 22 categorías de productos lanzados en España, en el período comprendido entre enero del 2012 y enero del 2016, y concluye que «la innovación no solo incrementa las ventas del producto innovador, sino que tiene un efecto arrastre al aumentar las ventas del resto de productos dentro de la categoría».
La relación positiva entre innovación y crecimiento del gasto en cada categoría permite a KPMG estimar el impacto de la caída experimentada por la innovación desde el año 2010. El estudio concluye que las ventas de las 22 categorías analizadas se hubiesen incrementado en más de 1.100 millones de euros en el 2016 si se hubiesen mantenido los niveles de innovación existentes en 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario