La Sareb pone a la venta el solar de la plaza de España y los edificios 'okupados' de A Grela
Oferta las dos promociones gemelas de A Fontenova, que invadieron desalojados de Penamoa durante un mes en 2012 - La casa del Campo da Leña, con un andamio desde 2007, se derribó el pasado año
El edificio menos avanzado de las promociones gemelas de A Fontenova. víctor echave
La Sareb o banco malo acaba de poner a la venta 140 promociones urbanísticas sin terminar en España. Tres de las nueve ofertas de la provincia están en A Coruña y son edificios representativos de la paralización de la actividad inmobiliaria en la ciudad. Tienen también en común las protestas vecinales causadas por su abandono. Dos son los edificios que okuparon en A Fontenova antiguos moradores de Penamoa en primavera de 2012 y otro es el solar de la plaza de España, que fue demolido en 2015, después de ocho años con un andamio.
Los dos primeros edificios coruñeses que ofrece esta sociedad, encargada de gestionar el patrimonio inmobiliario procedente de la reestructuración bancaria, son los números 376 y 380 de la avenida de Finisterre, dos construcciones gemelas entre Cances y el polígono de A Grela. Iniciados por la liquidada promotora Teconsa, uno de ellos está prácticamente terminado (un 95%, según la ficha de la Sareb) y el otro es todavía una estructura (un 25%). Ambos cuentan con ocho plantas divididas en seis portales para un total de 134 viviendas, 152 garajes, dos locales y un trastero por piso. Tiene tres plantas bajo rasante de parking. El edificio de A Fontenova en estado más avanzado de construcción fue protagonista de la vida municipal en 2012, cuando decenas de vecinos desalojados del poblado chabolista de Penamoa decidieron instalarse en su interior de forma ilegal.
Después de un mes, a mediados de mayo de 2012, la juez ordenaba a la policía echar a los okupasque quedaban en esta promoción en las inmediaciones de A Silva, cuestión que se completó solo en unos días. La invasión ilegal había sido advertida por la asociación vecinal de O Ventorrillo, que durante años había luchado por el desmantelamiento del poblado de infraviviendas, como principal foco del tráfico de drogas en la ciudad, y que denunciaban que este se había trasladado a la construcción aún sin inquilinos.
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