«En nuestros 50 años no hemos cerrado ni una sola sucursal, y así va a seguir siendo»
El directivo sostiene que en el último año han ganado clientes por ser «la única entidad 100 % gallega»
Camino de las 48 oficinas repartidas por Galicia (la que abrirán en Pontevedra hará esa cifra), cumpliendo 50 años, con 15.000 socios (funcionan como una cooperativa) y algo más de tres millones de euros de beneficio, la estrategia de Caixa Rural Galega durante los años de fortísima reestructuración ha sido la de la paciencia. Esperar, no aventurarse, y no experimentar. Su primer ejecutivo, Jesús Méndez, repite constantemente una máxima: no hay ninguna prisa.
-¿Les penaliza mucho su exposición al sector primario, teniendo en cuenta cómo se encuentra?
-Nunca vemos ese sector como una penalización. Ojalá pudiéramos tener más negocio ahí. Pero es cierto que el primario vive un momento muy complejo, en el que se está poniendo a prueba su capacidad de aguante y de adaptarse a un nuevo escenario, sobre todo en el lácteo, con los precios de la leche tirando a la baja.
-¿Cuánto les preocupa?
-Mucho, y aunque ya hemos pasado por otras épocas, es cierto que parecía que se aguantaba mejor. En todo caso, hay que recordar la enorme transformación que ha vivido este sector, su desarrollo, innovación y transformación en los últimos 15 años es significativo, desde la maquinaria hasta el tamaño de las explotaciones. Y eso puede ser una ventaja.
-Mientras el resto cerraban oficinas, ustedes han ido abriendo en Galicia. ¿Van contra el resto?
-Nosotros vemos como una ventaja la capilaridad de la red. En los 50 años de vida que llevamos, que cumplimos este 2016, no hemos cerrado ni una sola sucursal, salvo para abrir en una oficina mejor en el mismo ayuntamiento. Y así va a seguir siendo. Seguiremos abriendo: la siguiente será este semestre en Pontevedra. Estos tiempos no son para correr, pero vamos a seguir haciéndolo, poco a poco. Tenemos una vocación de cubrir todo el territorio gallego. Pero sin prisa para no poner en riesgo la solvencia de esta caja.
-Lo cierto es que su presencia sigue siendo testimonial fuera de Lugo...
-Sí, es cierto. En Lugo nos movemos entre el 5 y el 7 % de cuota, y en Galicia, en el 1,5 %. Pero la cuota no es un objetivo en sí. Insisto, no tenemos prisa, la rentabilidad ahora es baja y al estar tan regulados hay que medirlo todo muy bien.
-Son la única entidad con capital 100 % gallego, pero no han hecho una bandera especial de esa circunstancia. ¿Por qué?
-Porque no hace falta decirlo. Es que es así, desgraciadamente somos unarara avis en Galicia. Nuestras oficinas solo están en Galicia, nuestros socios son gallegos, nuestros intereses están exclusivamente aquí... Ningún otro puede decir eso. ¿Que no alardeamos? No lo necesitamos.
-Podría ser una fórmula de captar clientes. ¿O es que no se ganan gracias a eso?
-Hay una parte de nuestro crecimiento en los últimos años que obedece a esa situación. Muchos clientes vinieron por esa circunstancia, porque somos la única entidad 100 % gallega, no porque rentemos más por los ahorros o demos los créditos más baratos.
-¿Cómo están respondiendo los clientes de las ciudades, donde hay mucha más competencia y quizá otras necesidades?
-En A Coruña y Vigo la respuesta está siendo fabulosa. Ofrecemos siempre lo mismo: sencillez, honradez y carácter local. Y eso hay un segmento de la población que lo valora mucho. Sin presión comercial, con buenos productos, y siempre teniendo en cuenta que esta caja es de sus socios, dejando en segundo lugar la rentabilidad.
-Y siendo como son una entidad pequeña en un mercado que cada vez se concentra más, ¿están a salvo de ser comprados?
-Cualquier operación de ese tipo tendría que tener el aval de la asamblea. Nosotros ya estamos compartiendo servicios con otras cajas rurales para ganar escala, para ofrecer una buena banca por Internet, unos buenos seguros... Estas alianzas ya nos blindan. Yo, en todo caso, no veo ese escenario. ¿Qué podrían ganar nuestros socios? Otra cosa es que haya cambios regulatorios para las cajas rurales, como sucedió por ejemplo en Italia, pero habrá que esperar a que se despeje el escenario político. Y además las cajas rurales no hemos sido un problema en esta crisis, nuestro modelo se ha demostrado que es válido.
-Pero pueden llegar a ser molestos para la gran banca...
-Eso es otra cosa, porque en algunos puntos somos un rival importante. Y actuamos como un regulador de mercado, para evitar, por ejemplo, que en algunos ayuntamientos dos entidades se coman todo el mercado. Somos una defensa de la competencia.
-Ustedes que trabajan mucho el rural saben que hay zonas que han quedado desatendidas porque se han ido bancos que no veían rentabilidad. ¿Lo aprovecharán?
-La exclusión financiera nos preocupa mucho. Nosotros vamos a estar ahí, ya he dicho que en 50 años no hemos cerrado oficinas, no nos hemos ido de ningún sitio, y eso va a seguir así.
-¿Van a aprovechar la hueco que dejaron las cajas de ahorros?
-No podemos compararnos. No entramos en las guerras en las que estuvieron ellos, no estamos expuestos al sector inmobiliario, no hemos comercializado productos híbridos... Somos modelos diferentes.
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